lunes, 16 de noviembre de 2009

Discapacitados: 75% no tienen empleo

Según el INDEC, en el país la mayoría de este sector es pobre y 10 mil participan en ONGS

En el país existen unas 2,2 millones de personas con discapacidad, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), y de ellas la mayoría vive bajo la línea de la pobreza, mientras que cerca del 75 por ciento está desempleada.

Para modificar esta realidad, Organizaciones no Gubernamentales (ONG) e instituciones privadas pusieron en marcha diversas iniciativas que promueven el desarrollo e integración de este grupo humano y la concientización social sobre sus derechos y obligaciones.

Una de las experiencias más difundidas son los llamados "Talleres Protegidos" que ofrecen un espacio de contención, la posibilidad de tener un ingreso económico y el aprendizaje de distintas actividades y oficios.

"Trabajan en el emprendimiento 20 jóvenes y adultos con discapacidad intelectual, con el apoyo de un equipo
técnico-profesional", explica María Rosa Pieras, directora de Alpad.

Este taller ofrece servicios de packaging y mailing para empresas y, según comenta la mujer, tienen muchos pedidos de trabajos.

Los talleres protegidos son entidades estatales o privadas "bajo dependencia de asociaciones con personería jurídica y reconocidas como de bien público, que tenga por finalidad la producción de bienes y/o servicios, cuya planta esté integrada por trabajadores discapacitados físicos y/o mentales, preparados y entrenados para el trabajo, en edad laboral", según establece la Ley 22.431.

Distintos son los talleres protegidos terapéuticos, que no producen bienes o servicios para el mercado, como los de
rehabilitación en salud mental que dependen del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

La Asociación Civil-Granja Andar también cuenta con uno de estos espacios con fines productivos, en la localidad bonaerense de Moreno.

El representante legal de la entidad, Raúl Lucero, explica: "Desarrollamos emprendimientos relacionados con la gastronomía. Tenemos una panadería y un servicio de catering".

En el espacio de Andar participan 65 jóvenes y adultos, con distintos tipos de discapacidad.

Un total de 500 kilos de pan y 10 mil facturas por día; medio millar de prepizzas y 80 kilos de pan rallado por semana son los números que pintan lo producido por la gente del taller.

"Hoy por hoy, le vendemos nuestros productos a 50 escuelas de Moreno. Todos los días a las 6 sale un vehículo nuestro con los pedidos", cuenta Lucero.

El servicio de catering también marcha sobre ruedas: Elaboran 30 viandas diarias para los paramédicos residentes en
tres salas comunitarias de la zona. Y además preparan y sirven desayunos, coffe-breaks y almuerzos.

La Federación de Talleres Protegidos (Fetap) es la institución que los agrupa en la provincia de Buenos Aires.
Tienen unos 60 afiliados, aunque se estiman en unos 230 los centros existentes en el territorio provincial. Lucero también es el presidente de Fetap.

"La ley sobre los talleres protegidos nunca tuvo reglamentado el artículo sobre el financiamiento. Nosotros presentamos un proyecto de reglamentación, que se encuentra ahora en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación", explica.

En esa iniciativa, se propone que quienes trabajan en estos espacios reciban una contraprestación cercana al salario mínimo, vital y móvil: unos 1200 pesos, solventados en parte por la OSC y en parte por el Estado, y que éste se haga cargo de los aportes sociales.

Hoy, la legislación no contempla como trabajadores a quienes participan de los talleres.

Se calcula que existen entre 350 y 400 talleres protegidos de producción en todo el país.

Hay un beneficio intangible para quienes asisten a estos espacios: El aprendizaje de oficios y la mejora de la autoestima.

Y, por supuesto, la posibilidad de generar un pequeño ingreso que, con ese dinero en su poder, cambian su mirada del mundo que los segrega, discrimina y excluye.

40 ejemplos de voluntad y coraje
Son unos cuarenta jóvenes y adultos de la zona oeste del conurbano bonaerense que se levantan temprano para ir a trabajar: algunos fabrican desde pequeños servilleteros hasta muebles, otros fraccionan bolsas para residuos, confeccionan trapos de piso, envasan grampas de metal o realizan pedidos para terceros.

Pero a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los empleados, ellos tienen diferentes tipos de discapacidad que no representaron obstáculo alguno para su crecimiento personal y su formación profesional.

Desde hace más de 30 años, la Asociación de Padres y Amigos para la capacitación e integración del Diferenciado (Apacid) lleva adelante el Taller Protegido, una iniciativa que surgió ante la necesidad de brindarle a sus hijos "las herramientas necesarias para que a través del trabajo, los equipos y la recreación puedan fortalecer su autoestima y autonomía personal", explicó Mabel Ilincheta, miembro de la comisión directiva de la entidad.

Así, habilitaron diversos espacios para que las personas con discapacidad puedan fabricar muebles, artesanías, bolsas de polietileno, trapos de piso, escobillones y cepillos, entre otros elementos.

También, ofrecen servicios tales como armado de juguetes, envasado de grampas, entre otros. "De lunes a viernes de 8 a 16 concurren a encontrarse con sus compañeros, sus amigos, sus proyectos, su derecho a trabajar y vivir realizando actividades físicas, sociales y recreativas", puntualizó Ilincheta al referirse a los protagonistas de esta iniciativa de integración.

Ocurre que a la par de esta actividad laboral, los integrantes de Apacid también participan de diferentes iniciativas de
recreación y de rehabilitación. La idea es desarrollar al máximo el potencial de cada uno de los participantes y lograr que ellos puedan adquirir hábitos sociales, para así integrarse al medio y evitar el aislamiento en el seno de la comunidad.

"Nosotros apuntamos a cambiar el paradigma; a erradicar la mirada negativa que se tiene de las personas con discapacidad para generar acciones que posibiliten potenciar sus capacidades y formar trabajadores, en lugar de convertirse en personas marginadas por la sociedad", sostuvo Ilincheta.

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